...en el principio, fueron las islas apacibles y mansas, meciéndose a la duermevela del Caribe. Después, con la conquista, al retumbar del arcabuz, llegarían –con los Pinzón, los Ojeda, los Ponce- los Lemba con sus luaces, sus tambores y su amarillo mariposa, poblándonos las tardes con su sublime melodía de azúcar y aguardiente.
René Rodríguez Soriano
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